domingo, 30 de septiembre de 2012

El voto culto de Chávez

Por: Marcos Pérez | Domingo, 30/09/2012 05:46 PM |
La campaña electoral venezolana se ha teñido de una intolerancia inédita, protagonizada por un oposicionismo desaforado. En esta violencia desatada por sus grupos de choque, han resultado heridos, vejados e irrespetados varios periodistas y comunicadores de medios alternativos, quienes en el ejercicio de su profesión no han escatimado esfuerzos por cubrir los eventos convocados por el aspirante de la oposición Henrique Capriles Radonski.

Este escenario de provocación sistemática pareciera ser una consecuencia de la frustración que embarga a los representantes de la MUD, mesa de la ultraderecha, quienes convencidos de la inminente e inexorable derrota electoral que pesa sobre ellos, como espada de Damocles, acarician un plan “B” en aras de promover la desestabilización y el caos.

A estas alturas “del partido”, es bien sabido que las encuestas registran una brecha inalcanzable, que oscila entre 10 y más de 20 puntos porcentuales.

Este margen de ventaja se ha mantenido sólidamente, a pesar del terrorismo mediático emanado de sofisticados laboratorios de guerra sucia, que ha convertido el ejercicio del periodismo, en ciertos medios afectos al oposicionismo, en un discurso cloacal, repetitivo y predecible.

Esta fracasada estrategia mediática se ha encontrado con una muralla infranqueable, constituida por una decantada conciencia política que se ha ido fortaleciendo con los múltiples logros alcanzados por esta revolución que propugna la construcción, en democracia, de una patria socialista, soberana y antiimperialista. Estos logros, surgidos de un modelo de gestión de gobierno socialista, orientado hacia una democracia participativa y protagónica configuran el fermento del voto culto que germina en todo el país. Este voto cultivado emana de una revolución de la conciencia; proceso que fortalecerá la construcción de un anclaje conceptual sólido, orientado hacia la renovación constante del aprendizaje de una cultura política permanente.

DIMENSIÓN HUMANA DE CHÁVEZ

La conexión afectiva del candidato Hugo Chávez con el pueblo venezolano es un hecho incontrovertible, no es producto de un marketing publicitario, porque proviene del carisma y la autenticidad que ha prodigado en diferentes escenarios dentro y fuera del país. Como una prueba de ello se puede referir la reciente visita del candidato a San Fernando, estado Apure, en donde hizo gala de su conocimiento de la geografía, sus ríos y su rico folclore musical. Su contrapunteo con Cristóbal Jiménez, sobre querencias y viajes, devino en un reto lúdico, trenzado en recónditos lugares: alba, ocaso, río, garcero, mastranto, relincho, doma y silbo; signos raigales de la canta apureña.

Esa otra geografía espiritual de un subyugante Apure, fue una demostración del entrañamiento que ambos, dos baquianos llaneros, tienen por el terruño. Allí, en un espontáneo clímax emocional vimos a un Chávez profundamente humano, a quien se le quebró la voz y derramó una que otra lágrima.

El intento del otro candidato de mimetizarse y ofrecer una sarta de promesas vanas, solo pretende negar las verdaderas intenciones del funesto paquetazo económico neoliberal, cuyos contenidos no han superado la masiva evaluación política que han emprendido los más amplios colectivos sociales de la nación.

A escasos días de las elecciones presidenciales, en su penúltimo click, la encuestadora Consultores 30.11, dirigida por Germán Campos, registró una intención de voto de 57,2% favorable a Chávez, mientras Capriles obtuvo 35,7% En el denominado voto duro, 53.1% de los venezolanos nunca votaría por Capriles, y 25.8% nunca votaría por Chávez.

El desafío es ganar por amplio margen, creo que la diferencia a favor de Chávez puede ser de más de 3 millones de votos, si sobrepasamos los 4 millones, nuestra alegría será infinita.

cantoye@gmail.com

lunes, 3 de septiembre de 2012

¿Fue un accidente?

- www.aporrea.org
La oposición se empeña en hacernos pensar que lo de Amuay fue cualquier cosa menos un accidente. Por alguna razón bien triste todas las fiestas de la oposición son macabras.
Ha heredado de sus jefes del Imperio la vocación por las operaciones de bandera falsa, es decir, aquellas en que se ejecutan violencias para achacarlas al enemigo, como el estallido del barco Maine en el Puerto de La Habana en 1898, que justificó la guerra con España para quedarse con Cuba, Puerto Rico y Filipinas; o el incidente del Golfo de Tonkín en 1964, que pretextó la Guerra del Vietnam. Algún día sabremos si lo de las Torres Gemelas fue una operación de bandera falsa, pero el uso que se le ha dado y muchos indicios inspiran más preguntas que respuestas. Lo mismo pasó con las bombas en el Metro de Madrid en 2004. Ver http://j.mp/fKXlhY.
Lo que no inspira dudas es la maniobra ejecutada en Libia y que terminó con el derrocamiento y asesinato de Muammar Gadafi y la destrucción de ese país. Operación de bandera falsa calcada ahora en Siria, para no hablar de la emboscada de Puente Llaguno en Caracas el 11 de abril de 2002. Venezuela es desde hace años un laboratorio en que el Imperio ensaya toda clase de experimentos diabólicos, como la desaparición forzada de personas, inaugurada con Alberto Lovera en 1965, el llamado ruleteo, perfeccionado luego con miles de víctimas en el Cono Sur y aquí mismo.
Podríamos multiplicar los ejemplos, hasta la Batalla de El Álamo en 1836, que sirvió para afirmar la anexión de Texas. Porque si no todo podemos atribuirlo a bandera falsa, el abuso que se hace posteriormente inspira las peores sospechas.
¿Es el caso de Amuay? La orgía de informaciones de ciertos medios de oposición, que no califico porque se descalifican solos, insinúa las peores suspicacias. No sería la primera vez. Y además Álvaro Uribe amenaza obsesiva y abiertamente. Ya perpetraron sabotajes petroleros durante el Paro Patronal de 2002-3, que no ha sido suspendido sino flexibilizado, lo que a la luz del fuego infernal de Amuay pudiera ser algo más que una ridiculez, en todo caso una ridiculez tétrica, como tantas de la oposición. Han puesto bombas en sedes diplomáticas, introducido una compañía de paramilitares colombianos en 2004, típica operación de bandera falsa: un ataque militar con uniformes del ejército venezolano. No olvidemos las guarimbas de 2004, especialidad de Henrique Capriles y su carnal Leopoldo López.
Dicen que en Roma los conspiradores negaban cualquier plan de asesinar al Emperador y que la única prueba que aceptaban era su cadáver. Hemos sentido demasiado el friíto de la puñalada en estos años para seguir cultivando candores. La encuestadora Hinterlaces y la Embajada Aquella han insinuado que solo un evento violento mayor podría torcer el rumbo de la debacle electoral de la oposición el 7 de octubre. Estamos esperando que caiga la segunda bota, como en el chiste. Ya capturaron a un latino de nacionalidad estadounidense que trataba de entrar ilegalmente en Venezuela desde Colombia. No es raro. Raro sería que no pasaran esas cosas considerando la cuantía de lo que está en juego para un capitalismo mundial desesperado.
durisimo@cantv.net